viernes, 29 de abril de 2011

Indiana Jones de Bilbao (Bilbainos con diptongo)

Reportaje de Jon Uriarte publicado en Vizcaya - El Correo.com
Indiana Jones de Bilbao
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BILBAÍNOS CON DIPTONGO

Indiana Jones de Bilbao

21.02.11 - 02:43 -



«No sabemos si llegaremos a México, pero no quiero que terminemos siendo un triste y vago recuerdo. Procuro que el mundo se entere que intentamos ser libres y no morir en el intento». Nació en Zorroza y se llamaba José Martín Barinagarrementeria. Portador de un apellido tan largo, hermoso y complejo como su propia existencia. La frase aparece en el libro 'Vientos de libertad', de su sobrina Lorea Palacios. Una historia digna de Hollywood. Tanto, que será llevada al cine y al teatro. Son muchos los artículos sobre este viaje, incluso en National Geographic, así que nada descubro. Pero he sentido la necesidad de localizar a Lorea para cerrar un capítulo. El que abrí una noche de 1998 en México DF.
Charlábamos allí sobre los paisanos que emigraron, por hambre o política, en los cuarenta y cincuenta. Martín era educado, afable y gran conversador. Con fina ironía, agradecía a Franco que le hubiera dado la oportunidad de conocer mundo. Confesó que a veces fue duro y otras pecó de blando. Pero que de nada se arrepentía. Ahora que lo pienso, preguntó más que respondió. Cerramos la cita con una 'chela' fría y, tras invitarnos a su casa, se fue con el kaiku sobre los hombros, un bastón en la mano y un perro Akita a su vera. Entonces no supe que había conocido a un héroe. El último de nueve hombres que atravesaron el Atlántico en un velero destino a la libertad.
Ya en el botxo Javier Gil, bilbaíno con diptongo y pariente suyo, añadió más datos a la historia. A finales de los cuarenta una cuadrilla que compartía oficios navales decidió escapar de la dictadura. Se llamaban Agustín Palacios, Luis y Manolo Algorri, Gregorio Ahedo, Félix San Mamés, Ismael Martín del Río, José y Ramón Bilbatua y Martín Barinagarrementeria. Construyeron, clandestinos, un velero con material sobrante. Trece metros de eslora, tres metros ochenta de manga, tres metros de puntal medio, dos palos para velas y un motor auxiliar de gasolina de 28 caballos. Lo cargaron con escasos víveres, lo llamaron Montserrat y esperaron al día del Carmen. Como siempre, en Santurtzi, los barcos se adentraron una milla en el mar. Y tras rezar la salve, regresaron a puerto. Todos menos uno. Era el 16 de Julio de 1950.
Siguieron la corriente del Gulf Stream y los vientos alisios. Pero rompieron el motor. Tras 28 días de calma chicha, avistaron una isla: Tobago. Fingieron ser turistas para no ser detenidos. Vivieron tempestades y huracanes, arreglaron el motor en Martinica, recorrieron la boca del Orinoco, Jamaica, la Isla de Gran Caimán, donde quedaron varados dos días, Isla Mujeres, Progreso, Yucatán… hasta que, por fin, llegaron a Veracruz en su 'Barca de oro'. Así la llamaron en México. El mundo se hizo eco de la hazaña. Pero aquello no era el fin, sino el principio. Arrancaba otra vida. Martín lo hizo en una explotación forestal de Michoacán. Hombre religioso y humanista, se involucró con la Teología de la Liberación y peleó por los derechos de los nativos. Fueron tiempos épicos. Y peligrosos. Llegó a ser propietario de compañías madereras, ayudó a quien arribó al centro vasco, fue presidente del mismo y tuvo tiempo para crear una familia y ser campeón mundial del mus. En 2005 su corazón echó el ancla. Y perdimos así al último testigo de la aventura. Dicen que sólo le apenaba ver su tierra materna dividida. Y me consta, lo contó aquella noche, que amaba a México de la misma manera.
Fueron 91 días. No dieron la vuelta al mundo, sino a sus vidas. Su sobrina lo entendió. Buscaron fuera lo que llevaban dentro. Vientos de libertad. Pero faltan capítulos. Por eso ofrece su correo electrónico loreapu@hotmail.com. Para recoger los secretos que los nueve guardaron y completar así lo que dejó Martín escrito: «Navegando el Montserrat, sobre las aguas del Atlántico, nos estamos jugando la vida por lo que somos y lo que podamos llegar a ser». No era Indiana Jones. Era Martín Barinagarrementeria. Y era de Bilbao.



http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20110221/vizcaya/indiana-jones-bilbao-20110221.html